26 de mayo de 2009

Sólo un pinchazo

Volando entre mástiles que señalaban un cielo diferente y esponjoso, se dio cuenta de que no le necesitaba. Que había estado sola tanto tiempo porque lo había decidido.

Tuvieron que recordarle que ella era la única intérprete que no recibía salario mínimo, y, con la ayuda de un mechero grabó a fuego palabras que ya no recuerda.

El humo fue cómplice callado de su envoltura y de las miradas que sobraron en la habitación. Fueron cinco las veces. Cinco y media en realidad.

Sonrisas, escalofríos, carreras, impuestos, acciones en bolsa, cuellos desnudos, arañas, Alicia, bajadas, tesoros, papel, couscous, baile, un submarino, niebla, tu lengua, multitud en una cama, soledad, mar bohemio, respiraciones profundas, tranquilidad. Luz, viento y agua. Gatos.

Esa noche le sobraban las distancias cortas.

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