31 de diciembre de 2008

Cada 2x3

¿Jugamos?


Podemos hacer como que somos más que simples e insustanciales desconocidos. Podemos incluso superar nuestros miedos irracionales, intentando ponerles nombre para ir destacando sobre los que nos torturan. En realidad podemos ser como queramos. Un profesor de inglés o ver mundo mientras describimos los colores: verde, gris…


Hay tanta multitud homogénea que quiero desaparecer y volver mañana para conocerte tal y como te presentes, y volver a verte así para saber que sigo siendo aquella chica a la que mirabas diferente y que reía nerviosa al pensarte.


¿Sabes? hueles a esas pequeñas almendras dulces y a esos caramelos que siempre quiero comprar en la tienda multicolor que cae de esquina, esa que me gusta tanto.


Sueño para que hables conmigo y sueño para que al despertarte solo quieras decirme al oído, en voz bajita y muy despacito, lo mucho que me añoras.


Quiero poder no cansarme nunca de mirarte para no necesitar un espejo de papel que guarde tu esencia.


Frente a ti seré solo yo y no me importará dejar de sonreír para besarte. Hoy solo te quiero llevar conmigo a todos lados, saber que el juego ha terminado, que eso que escondes es como eres realmente, y que me encante.


Para mí tal cual, sin envoltorios…


Mi señal ya apareció.


Hoy si me importa que comprendas, he jugado sola demasiado tiempo.


12 de diciembre de 2008

Alicia

Estoy empeñada en vivir un cuento de hadas. Hago lo imposible para que todas esas cosas que pasan en las grandes historias de amor se asemejen en algo a lo que me pasa a mí, a lo que vivo contigo.

Todo lo que busco es a alguien que haya leído mi anuncio, y que se ajuste, sin más, a lo que necesito.

Sí, a lo irreal, a lo irracional, a los convenios colectivos para evitar más huelgas innecesarias que no sirven sino para dejar en evidencia todos mis puntos débiles.

Por eso disfrazo cada evento, por eso le planto el velo de lo místico, de lo visceral, para que no sepas qué es real y qué no. Para tenerte desconcertado, para poder pillarte por sorpresa.

Pero es inútil. Eres casi tan inteligente como los malos de las historias a las que me refiero, los realmente malos, claro. Y no haces nada por evitarlo. Te ves con todos esos que pueden ofrecerte algo, una manzana que me haga caer (en la tentación), una flauta dulce que me hipnotice, o un espejo dónde deberían estar tus ojos, para perderme en ellos. Ya sabes, todos esos artilugios que no se encuentran en los todo a cien.

Puedo contar con los dedos de una mano las veces que he soñado con los ojos abiertos, las veces que he conseguido mi objetivo. Pero su utilidad ha quedado relegada a las que se supone que manipulan la magia de estos momentos. Y ellas están de vacaciones pagadas, imposible localizarlas.

Sigo el camino de baldosas amarillas, la voz en off encargada de contar mi historia, el olor a caramelo y chocolate líquido que, en teoría, me llevará hasta un eufemismo de lo que fuiste alguna vez; pero no tienes ni idea de lo que duele caminar sobre zapatos de cristal.

7 de diciembre de 2008

Chas!

Tengo que pensar, ya sabes, en lo que ha pasado hoy.

Todas esas cosas que no se han dicho, en realidad, han estado ahí, y han salido victoriosas de una discusión autista.

Joder... las recaidas controladas son jodidamente doloras. No por tí, que te vas a casa y allí estás, escuchando tu música, súper tranquilo. Es por mí, que yo me quedo conmigo, y no sabes lo pesada que puedo llegar a ser.

[No, no lo sabes.]

Pesada y malvada. Evil que queda como más cool.

Y todo el día igual, no paro.

Dicen que el dolor después del orgasmo es genial, pero en el momento justo. Después solo te dan ganas de matar a la otra persona. De matarlo a dolor. Pisándole la cabeza, por ejemplo.

¿Quieres un consejo? No te agaches demasiado estos días, no me lo pongas tan fácil, no te acerques mucho a mis pies. No los beses por un tiempo. Déjalo (total, para lo que sirve...)