Mis labios se han puesto en huelga.
Me han dejado palabras traducidas en un papel, como pegadas.
Dicen que no los espere levantada, que no van a volver hasta que sepan que vuelven para algo más que para decir estupideces, que nos les importa alejarse de mi bálsamo labial de ‘fruta de la pasión’, que no vuelven y punto.
He intentado negociar, el disco rayado y el banco de niebla han sido sus armas, han omitido todos mis ruegos “que los necesito, que sin ellos se me van las ganas de verte” pero han sido implacables “no digas gilipolleces, búscate otra excusa; sabemos que las ganas de verle son permanentes, como los tintes” Y he tenido que callarme.
En un último intento les dije que necesitaba otra oportunidad, que volvieran sólo cinco minutos. Me han contestado que si necesito otros labios me ubique en los tuyos, que tú me los dejas.
Ahora sólo tengo que hacer eso por lo que mis labios me dejaron: besarte.
Fácil ¿no?
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1 comentario:
Mis labios se enteraron de lo ocurrido.. y se sintieron culpables. Ellos, tan cerca de los tuyos tantas veces, nunca supieron devolverles ese beso.. ahora estan secos, agrietados, no quieren otros labios, otras bocas, otros cuellos.. mis labios se sienten culpables.. quieren rozar los tuyos, parar la huelga, negociar, encontrar el consenso.. y que tus labios vuelvan con otro beso.
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