Olía a sal.
Y corría esa brisa que a veces llegaba a ser viento. Del tipo que te traía todos los olores del mundo. Del que te transportaba a tus lugares favoritos.
Olía a sal.
Desde ese momento el mundo fue peor. El calor había desaparecido y las palabras no significaban nada.
La confusión fue tanta que aun sigo sin querer entenderlo.
Solo recuerdo, día a día, cada momento que no estas.
Cuando el dolor aun pesaba demasiado, tuvimos que dejar de mirar abajo y fue necesario apartar la tristeza que nos brotaba. Tarea imposible.
Sal, recuerdo que también sabia a sal.
[...always in my mind].
2 de julio de 2011
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