12 de diciembre de 2008

Alicia

Estoy empeñada en vivir un cuento de hadas. Hago lo imposible para que todas esas cosas que pasan en las grandes historias de amor se asemejen en algo a lo que me pasa a mí, a lo que vivo contigo.

Todo lo que busco es a alguien que haya leído mi anuncio, y que se ajuste, sin más, a lo que necesito.

Sí, a lo irreal, a lo irracional, a los convenios colectivos para evitar más huelgas innecesarias que no sirven sino para dejar en evidencia todos mis puntos débiles.

Por eso disfrazo cada evento, por eso le planto el velo de lo místico, de lo visceral, para que no sepas qué es real y qué no. Para tenerte desconcertado, para poder pillarte por sorpresa.

Pero es inútil. Eres casi tan inteligente como los malos de las historias a las que me refiero, los realmente malos, claro. Y no haces nada por evitarlo. Te ves con todos esos que pueden ofrecerte algo, una manzana que me haga caer (en la tentación), una flauta dulce que me hipnotice, o un espejo dónde deberían estar tus ojos, para perderme en ellos. Ya sabes, todos esos artilugios que no se encuentran en los todo a cien.

Puedo contar con los dedos de una mano las veces que he soñado con los ojos abiertos, las veces que he conseguido mi objetivo. Pero su utilidad ha quedado relegada a las que se supone que manipulan la magia de estos momentos. Y ellas están de vacaciones pagadas, imposible localizarlas.

Sigo el camino de baldosas amarillas, la voz en off encargada de contar mi historia, el olor a caramelo y chocolate líquido que, en teoría, me llevará hasta un eufemismo de lo que fuiste alguna vez; pero no tienes ni idea de lo que duele caminar sobre zapatos de cristal.

2 comentarios:

JuAntonio dijo...

Quisiera tener las ganas, la fuerza, el tesón y un estado de vigilia prolongado.

Quisiera ser protagonista ficticio de "tu anuncio" para permanecer años en el candelero (que no candelabro) de tus pensamientos y llegar a estar nominado al Oscar al mejor actor en cada evento.
Quisiera ser del color del "chocolate" y formar parte de ti como uno más de tus lunares. Quisiera, por pedir, estar afiliado a tu corazón y reivindicar junto a ti la mejora del convenio que te tiene en "huelga" con razón. Quisiera ser objeto de estudio por mi estúpida incapacidad de ser racional en los momentos de verdad, esos que se acercan a "lo visceral". Quisiera no ser, pero soy, príncipe destronado de mi reino fracasado, que si es por abandonado hasta las hadas me dejaron. Y si "lo irracional" de esta historia es un final feliz, me gustaría saber que me tienes que decir.
Esto no es el final de los finales... sabes que mientras existamos siempre habrá segundas partes.

... todo el mundo sabe que si no hay perdiz no hay festín.

Pugliesino dijo...

Te regalaron esa pieza musical y fue un gran momento. Tu reaparición en ninive fue otro gran momento para mi. Habíamos desaparecido :)
Un abrazo