Quedan tres minutos y medio para ahogar el silencio, así lo hemos pactado.
Mientras nuestros ojos se acostumbran a la penumbra, recuerdo nuestra historia, recuerdo como todos me hablan de ti, no hay una sola persona que se salve. No pasas desapercibido.
Tres minutos. Me miras, adivinándome en la oscuridad de tu habitación, rodeados por el frío opaco de las ventanas. Sonrío.
Das a conocer esa parte de ti que produce duda. Lo haces porque sabes escoger a tus victimas, eliges, con frialdad helada, a la próxima infeliz que caerá en tu trampa. La envenenas con pequeños atisbos de una personalidad escondida, reservada, que luce de maravilla bajo esa mirada tintada de azul.
Dos minutos y medio. Sólo se escucha la lluvia fuera, algún que otro gato callejero y nuestras respiraciones, pausadas y tranquilas.
La objetividad me abandonó desde el primer momento. Y la contaminación no ayudó a remediarlo. Tampoco tú ayudaste demasiado. Ya no importa. Tu media sonrisa ha dado paso a esto. Afrontémoslo.
Dos minutos. Comienzo a pensar que nos hemos dado demasiado tiempo para analizar lo que está apunto de ocurrir si decidimos atrevernos.
El corazón ha decidido imaginar un esprin hacía el precipicio más cercano. Me sudan las manos a pesar del frío. La habitación ya no es extraña para mí; me ha dado tiempo a analizar y memorizar cada detalle. Las camas sin cabecero siempre me han dado vértigo.
Un minuto y medio. Te oigo respirar más fuerte. Esperas. Me has vendido un producto que no puedo rechazar. Esperas con tu seguridad ignorante.
Comienzo a repasar. Pros y contras. Eso nunca esta demás. La larga lista se colapsa al no poder concentrarme. No hay que buscar defectos, son evidentes. No hay que buscar ganadores y perdedores, pero parece que solo yo soy consciente de ese detalle.
Cuarenta segundos esperan suspendidos encima de las sábanas. Suspiro. Me miras. Te acercas.
Veinte segundos. Te miro. Sonrío.
- De perdidos al río.
- … Te has adelantado.
Y me besas.
2 de junio de 2008
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6 comentarios:
Me ha gustado, has hecho que el ambiente sea más importante casi que el desenlace final y eso causa un efecto interesante en la lectura. Mantienes de ese modo, el suspense y la intriga, aunque se sabe de antemano que el final va a ser inevitablemente el encuentro entre ambos. ¡Enhorabuena!
Precisamente ponen ahora en CS2 La tentación vive arriba :)
Tentación.Ese camino que surge para recorrerlo.Un texto impregnado de ella,que se desliza velózmente por el deseo entre palabras que van perdiéndose en el silencio.
Un abrazo!
¿Tinto u Odiel? Cual eliges? *Me lo preguntaron cuando estuve allí y aún no se la respuesta
Va, debo ser el único torpe, porque yo me había imaginado algo en plan El Club de la Lucha, escena final, todo explota por los aires.
Muy bien lograda esa atmósfera de tensión. Me ha gustado tu relato. ¿Cómo no caer en la tentación?
Pues yo que pensaba que estabas hablando metaforicamente al mundo y te quejabas d ela contaminación en la atmosfera...qe idioto.
Lo he vuelto a leer, y ahora sí que he ido recogiendo pistas por el camino que, inevitablemente, sugieren que el final apuntará en esa dirección, y no en otra. (yo creo que ha sido la palabra "contaminacion" la que me ha despistado)
Al final resulta que es algo más cotidiano. tres minutos y medio para pensar, y luego ya te entregas, le besas, y te olvidas. Cuando vuelvan otros tres minutos y medio, seguramente, volvera a funiconar el cerebro, pero hasta entonces: a vivir, pero con ojo: que tu futura felicidad no dependa de ningun cabron.
un placer leerte.
uastaotra!
He exado de menos unos de tus pequeños detalles que me encantan, esos que escribes solo para mi, mi 13, mis peticlis, ;)
Un besito
Está muy bien, uno siente el pasar del tiempo -aunque es corto- con toda esa adrenalina que deben sentir ambos por lo que se aproxima, y el deselance, imagino apasionado, tentador, como tu blog
Paso a leerte la próxima
Un saludo,
desde el otro lado del charco :)
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