22 de julio de 2008

Tormentas de verano

Las tormentas de verano son como un golpe. Inesperadas, desconcertantes, creadoras de la más especial de las impotencias. Son frías y cálidas al mismo tiempo. Aparecen en segundos, y tardan en desaparecer el mismo tiempo que tu olor de mi subconsciente.

Provocan irascibilidad, impulsividad, ganas de reír y recuerdos inoportunos. Sudores fríos.

Los efectos secundarios no tardaron en aparecer y cuando superé el corte de pelo traumático, me gusté. Y ni siquiera pensé en ti, ni en tu apretada agenda, ni en ese molesto inquilino ventricular.

Pierdo el tiempo si pienso en tus besos, los que nunca existieron.

Este mes he recuperado aquello que me quitaste. Mi yo y mi ello se han perdonado bajo la atenta mirada del superyó. He prometido subirle el sueldo.

También he recuperado ese disco que tenía olvidado y ese regalo que compré para ti pero que nunca fue realmente tuyo.

He vuelto. Pero estoy de vacaciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Has vuelto y estàs de vacaciones.

Genial :)

Un abrazo