22 de marzo de 2009

Play

Demasiada gente desconocida, luces, ruido, los restos de un catering que acaba de terminar. Tu mirada y la mía conectadas, pasándonos información, pasándonos las ganas, los secretos y los silencios. Y luego no hace falta preguntar nada.

Destellos, preparación y nervios. Alcohol.

Me sueltas alguna frase recurrente “la forma de tu cara valdría para mi peli”. Tienes mucha cara.
Exacto, colocado en la lista.

Soy buena ocultando cosas, aprendí del mejor, y sé más de ti de lo que parece. Cuando estoy en silencio puedo escuchar tu respiración agitada y me acompasas, soy capaz hasta de olvidarme del mundo.
Luego me da por pensar en tus dedos, y en aquella vez que, por accidente, estuvimos juntos toda la noche, y me olvido del guión.

Sólo cuando pareces no mirar a nada en concreto, es cuando sé que me nos imaginas, y sonrojarse forma parte del ritual.

Nunca fui buena en matemáticas y siempre me costó muchísimo concentrarme en música. Miraba siempre los pies de mi profesora; me gustaban sus zapatos. Apostaría que era lesbiana.

Es cierto que también he sido siempre un poco bruja, pero es mejor no adivinar nada; no ahora.

Ruido de claqueta, luces fuera, y música.

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